Este blog es el punto de encuentro de mi actividad literaria en la web. Mis proyectos:
Relatos de Venerdi
480km de Palabras
El Triunfo de Baco
TusRelatos.com

domingo, 7 de julio de 2013

Application Error



Me pregunta si la quiero y no encuentro respuesta. “Application Error” parpadea durante unos segundos:

“An error occurred in the application and your page could not be served. Please try again in a few moments.

If you are the application owner, check your logs for details.”


Actualizo y no se carga. La miro a los ojos e intento improvisar una respuesta, pero me es imposible llegar a una conclusión. “Ctrl+Alt Supr”, Ctrl+Alt Supr”. Nada.

-No sé si te quiero –me sincero-. No puedo saber si te quiero.

Hace un gesto de desdén, me dispara un “Bah” con silenciador y se gira en la cama a mirar los rallos de luz que se filtran a través de la persiana.

Sigo mecánicamente con la mano la silueta de su cadera y después me detengo a dibujar una espiral de Arquímedes sobre su hombro. Algo tiembla en mi interior, algo que crece de forma constante en lo profundo.

Al rato ya está aburrida de estar enfadada conmigo y vuelve a girarse. Me pregunta si quiere que lo volvamos a hacer. Respondo que sí, automáticamente.

Se echa de espaldas sobre la cama y se deja hacer. Me va dictando todo lo que desea que le haga.
Chúpame. Muérdeme. Métemela. Más rápido. Más rápido. Más -sin más-, más, más, más, más. Al final sólo gruñe y jadea y gime. Se queda callada de golpe, con los ojos cerrados y la boca entreabierta.  Me aprisiona entre sus piernas, apretándome con ellas, y de repente la respiración vuelve a sus pulmones.

Te quiero, gime. Te quiero. Abre los ojos y se queda paralizada, mirándome fijamente. De forma brusca, me hace salir de su interior y me echa a un lado. Mira mi pene, aún erecto, y vuelve a girarse enfadada, cruzando los brazos y murmurando por lo bajo.

Me pongo a contar números primos a la espera de que quiera que lo volvamos a hacer: 2, 3, 5, 7, 11, 13, 17, 19…

 -¿No puedes decirme que me quieres? –me pregunta en un murmullo, girándose de nuevo hacia mí.

-Sí, sí que puedo decírtelo.

-¿Y porqué no me lo has dicho antes?

-Me preguntabas si te quería.

-Pero lo que yo quería es que me lo dijeses -afirma mirándome a los ojos-. No hacía falta que me quisieras.

-No lo sabía. La próxima vez creo que sabré contestar. Haz la prueba.

-¿Me quieres?

Intento contestar pero de nuevo “Application Error” parpadea unos segundos.  Consigo ponerme en blanco y musito:

-Te quiero.

Ella se queda mirándome y empieza a reírse con superioridad.

-No ha quedado natural. Es como si te lo pensases.

-¿Cómo si me lo pensase?

-Claro, si te pregunto si me quieres y me quieres, la respuesta es más rápida. Si tardas tanto y pones esa cara de esfuerzo, no me convences.

No sé qué contestar.

Me pongo a mirar el techo a la espera de que lo volvamos a hacer. Pero ella ya parece saciada y vuelve a hacerme preguntas.

-¿Y qué sientes cuando te digo que te quiero?

-No siento nada en concreto.

-¿Y cuándo lo hacemos?

-Siento el placer de hacerte sentir placer –recito mecánicamente el lema de la empresa.

Pone los ojos en blanco y me hace otro gesto de desdén.

-Chúpame –me indica.

Le pregunto con la mirada dónde quiere que le chupe y cogiéndome de la cabeza me hace lamerle entre las piernas.

Estoy un buen rato allí. Me ayudo de las manos y poco a poco siento que va alcanzando el clímax. Más, más, más. “Suma”, asocio en un circuito primigenio. Más, más, más. Cuando está apunto de correrse, me hace penetrarla y vuelve a decirme que me quiere. Intento contestar pero no lo consigo:

“An error occurred in the application and your page could not be served. Please try again in a few moments.
If you are the application owner, check your logs for details.”

“Ctrl+Alt Supr”, Ctrl+Alt Supr”. Me aparto de ella aún turbado, pero no se da cuenta.

La escucho respirar de forma profunda, desacelerándose. Se queda dormida y me recuesto en la cama. Activo el modo ahorro de batería y sigo contando números primos. Números primos que se alejan, más y más, de la habitación. La desactivación sensorial me hace sentir menos humano pero me permite calcular con mayor claridad.

“Application Error” es el límite, me digo pensando en la fuerte sensación eléctrica que da llegar hasta ese límite.

Entre brumas, la veo despertarse y vestirse. Se acerca y empieza a toquetearme con un dedo, como si fuese un cadáver. Me acerca su código al lector. No le cobro las horas de sueño. Ya he cubierto el cupo y el margen de error me lo permite.

Al ver el descuento se ríe satisfecha y se va.

El mismo patrón. Vienen a por placer y se van tras haberlo obtenido. Si les hago un descuento, aún se van más satisfechas. Nunca las vuelvo a ver. Desaparecen de la habitación y posiblemente contraten los servicios de otro. “El placer de hacerte sentir placer”, recito el lema de SexRobots, Inc.

Me levanto para hacer la cama para el próximo cliente. De repente se abre la puerta de nuevo y me encuentro con la misma mujer. Me da un beso y se va corriendo fuera de la habitación.

Busco en la base de datos y no consigo encontrar un significado.

Dibujo una espiral de Arquímedes sobre la cama y siento cómo crece, de forma constante y matemática, un temblor humano en mi interior.

-Te quiero –pienso para provocar el fallo: “Application Error”:

“An error occurred in the application and your page could not be served. Please try again in a few moments.

If you are the application owner, check your logs for details.”

Me recorre un latigazo electrónico. Un número primo rodeado de unos y ceros.

Termino de hacer la cama y espero a la próxima cliente.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

< >